martes, 24 de septiembre de 2013

Bajo una misma estrella


Pido perdón a la casualidad por llamarla necesidad.
Pido perdón a la necesidad en caso de equivocarme.
No se enoje la felicidad de que la tome por propia.
No me guarden rencor los muertos por apagarse en mi memoria.
Pido perdón al tiempo por la cantidad de mundo que no percibo por segundo.
Pido perdón al viejo amor por tener al nuevo por primero.
Perdonadme lejanas guerras por llevar flores a mi casa.
Perdonadme heridas abiertas por pincharme el dedo.
Pido perdón a los que claman de lo profundo por el disco con el minué.
Pido perdón a la gente en las estaciones por dormir a las cinco de la madrugada.
Perdóname, acosada esperanza, por reír de vez en cuando.
Perdonadme, desiertos, por no correr tras una cucharada de agua.
Y tú, gavilán, desde años el mismo en la misma jaula,
mirando inmóvil siempre al mismo lado,
perdóname, aún si eres un ave disecada.
Pido perdón al árbol por las cuatro patas de mi mesa.
Pido perdón a las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me dediques excesiva atención.
Seriedad, muéstrate conmigo generosa.
Misterio de la existencia, deja que te arranque algunos hilos de tu velo.
No me acuses, alma, que no te poseo con frecuencia.

Wislawa Szymborska

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