Como una idiota cruzando la calle
Tengo miedo, me río, me saludo en el espejo
Con una sábana hedionda,
Me corto de raiz,
Me escupo, me execro.
Como una santa acosada
Por voces angélicas
Me hundo en la canción de las plagas
Y me vengo, me renuncio,
Me silencio, me recuerdo.
(A.P. Poesía completa, pg. 321)
«Yo estoy muy contento de haber tenido un amigo zorro (aunque nos vayamos a morir) —dijo El Principito»
miércoles, 30 de enero de 2019
martes, 29 de enero de 2019
Diarios, Alejandra Pizarnik
Domingo 16 de Diciembre de 1958
"Estuve pensando que nadie me piensa. Que estoy
absolutamente sola. Que nadie, nadie siente mi rostro dentro de sí ni mi nombre
correr por su sangre. Nadie actúa invocándome, nadie construye su vida
incluyéndome. He pensado tanto en estas cosas. He pensado que puedo morir en
cualquier instante y nadie amenazará a la muerte, nadie la injuriará por
haberme arrastrado, nadie velará por mi nombre. He pensado en mi soledad
absoluta, en mi destierro de toda conciencia que no sea la mía. He pensado que
estoy sola y que me sustento solo en mí para sobrellevar mi vida y mi muerte.
Pensar que ningún ser me necesita, que ninguno me requiere para completar su
vida”.
Alejandra Pizarnik
Poema-Regalo
XXXVII
Puedo sin que lo indiques
saber cuándo
y dónde.
En qué punto preciso de la tarde
En qué recodo exacto de tu calle
encontrarte
Entonces
cruzo silenciosa
como quien teme despertar de un sueño
Vuelco a tu cuerpo
mi infinita sed de ti
Sin que te lo indique
vienes a mi
sabes cuándo
y dónde
En el recodo exacto de mi deseo.
Sarah Beatriz Posada
Puedo sin que lo indiques
saber cuándo
y dónde.
En qué punto preciso de la tarde
En qué recodo exacto de tu calle
encontrarte
Entonces
cruzo silenciosa
como quien teme despertar de un sueño
Vuelco a tu cuerpo
mi infinita sed de ti
Sin que te lo indique
vienes a mi
sabes cuándo
y dónde
En el recodo exacto de mi deseo.
Sarah Beatriz Posada
La mujer azul
La Mujer Azul
Se mojó la mano en el mar.
Se volvió azul, la mano.
Le gustó.
Se zambulló desnuda en el mar.
Se volvió azul.
Azules también su voz y su
silencio.
La mujer azul.
Todos la admiraron.
Nadie la amó.
Yannis Ritsos
Se mojó la mano en el mar.
Se volvió azul, la mano.
Le gustó.
Se zambulló desnuda en el mar.
Se volvió azul.
Azules también su voz y su
silencio.
La mujer azul.
Todos la admiraron.
Nadie la amó.
Yannis Ritsos
Quiero bailar con Ulises- María Mercedes Carranza (Colombia)
Quiero bailar con Ulises
"Heureux qui,
comme Ulysse,
a fait un beau voyage"
Quiero invitar a bailar a Ulises,
quiero beber con él y que me cuente
de qué color eran los ojos del joven Aquiles.
Quiero que me cante el canto de las sirenas
y me diga de sus noches de insomnio
sobre las aguas del Mediterráneo.
Quiero saber de su complicidad con Circe
en la isla de Ea y de sus extrañas
ceremonias y encantamientos.
Quiero que Ulises me haga el amor
y en la cama me cuente
cómo eran los vestidos de Helena
y si Paris fue como lo pinta Rubens.
Quiero saber qué vio en el país de los Lotófagos,
de qué color eran las montañas de Eólide.
Quiero que me cuente por qué regresó a Itaca.
María Mercedes Carranza
quiero beber con él y que me cuente
de qué color eran los ojos del joven Aquiles.
Quiero que me cante el canto de las sirenas
y me diga de sus noches de insomnio
sobre las aguas del Mediterráneo.
Quiero saber de su complicidad con Circe
en la isla de Ea y de sus extrañas
ceremonias y encantamientos.
Quiero que Ulises me haga el amor
y en la cama me cuente
cómo eran los vestidos de Helena
y si Paris fue como lo pinta Rubens.
Quiero saber qué vio en el país de los Lotófagos,
de qué color eran las montañas de Eólide.
Quiero que me cuente por qué regresó a Itaca.
María Mercedes Carranza
José Manuel Arango (Colombia)
XXV Negrura amenazante detrás de los párpados
entre
el cerrar
y el abrir los ojos
la nada
de nuevo
este desolado estupor
entre
el cerrar
y el abrir los ojos
la nada
de nuevo
este desolado estupor
El Tigre- Jorge Luis Borges
El Tigre
Iba y venía, delicado y fatal, cargado de infinita energía,
del otro lado de los firmes barrotes y todos lo mirábamos. Era el tigre de esa
mañana, en Palermo, y el tigre del Oriente y el tigre de Blake y de Hugo y
Shere Khan, y los tigres que fueron y que serán y asimismo el tigre arquetipo,
ya que el individuo, en su caso, es toda la especie. Pensamos que era
sanguinario y hermoso. Norah, una niña, dijo: Está hecho para el amor.
JL Borges
lunes, 28 de enero de 2019
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Escribe a dos manos.
Bosqueja dos rostros.
Detiene el tiempo
(El miedo)
Y pone a esperar a la espera.
Llama y nombra
y entrecruza dos historias.
Propone esencia en vez
de ausencia
y espera a que la espera
acepte el juego.
Condena a las estrellas
por brillar como esa noche.
Esperando
escribe una nueva historia.
Bosqueja dos rostros.
Detiene el tiempo
(El miedo)
Y pone a esperar a la espera.
Llama y nombra
y entrecruza dos historias.
Propone esencia en vez
de ausencia
y espera a que la espera
acepte el juego.
Condena a las estrellas
por brillar como esa noche.
Esperando
escribe una nueva historia.
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