sábado, 26 de julio de 2014

Tu poema de Joyce Ashuntantang (Kumba Town 1966)


Tu poema

Trato de capturarte en este poema
Apoyada en el fregadero
Volteando páginas de la cosecha de Meer
Las páginas 339 y 391 cantan el amor de Mandela
Suena el teléfono.
Tu toalla resbala
He aquí el poema

Poema "Inventario" de Alberto Vélez Otálvaro (Colombia)


INVENTARIO

No recordaré nada. Y nadie recordará mi rostro afilado como el ladrido de un perro al amanecer. Mi voz será comida por los lujosos almohadones del triste tiempo que transcurre. No dejaré ojos ni hijos. Ni siquiera la hiel que a veces me hace vomitar sobre los más limpios manteles. Crecí para el olvido, y el olvido me invade sin afanes. Ahora solo me quedan el abrazo de dos o tres amigos y el beso imaginado de la mujer que amé.

Alberto Vélez Otálvaro

jueves, 24 de julio de 2014

La más bella dicotomía Borgiana


BORGES Y YO


Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo xviii, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Seria exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páinas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mi podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
No sé cuál de los dos escribe esta página.


Jorge Luis Borges (El hacedor. Buenos Aires: Emecé, 1960)

viernes, 18 de julio de 2014

Poema "La suerte está echada" de Luis Rogelio Nogueras (Cuba)

Se acabaron los poemitas lacrimógenos
las noches de insomnio
los dos paquetes de cigarrillos al día
la falta de apetito
el mal humor
las miradas perdidas en el aire
detrás de moscas invisibles o musarañas.
Se acabaron los dibujitos abstractos
en el mantel con la punta del cuchillo
la palidez
los polvorientos sonetos con estambre al estilo de Navarro
las miradas ansiosas al teléfono
el mudo interrogatorio al cartero
A partir de hoy todo va a cambiar
¿Te fuiste con tus lindos ojos azules?
Mala suerte Que te vaya bien
(y los hermosos ojos azules
te los puedes meter en tu inolvidable culo)